Hablaba como si fuera Dios

Entre los judíos apareció un hombre que iba hablando como si Él fuera Dios.

  • Sostiene que Él perdona los pecados.
  • Dice que El siempre ha existido.
  • Dice que vendrá a juzgar al mundo al final de los tiempos.

El hecho de perdonar los pecados, todos los pecados. A menos que el que hable sea Dios, esto resulta tan absurdo que raya en lo cómico.

Todos podemos comprender el que un hombre perdone ofensas que le han sido infligidas. Tú me pisas y yo te perdono.

¿Pero qué hemos de pensar de un hombre, a quien nadie ha pisado, que anuncia que él te perdona por haber pisado a otro hombre?

Necia conducta. Y sin embargo esto es lo que hizo Jesús.

Sin ninguna vacilación se comportó como si Él hubiese sido la parte principalmente ofendida por esas ofensas.

Esto tiene sentido sólo si Él era realmente ese Dios cuyas reglas son infringidas y cuyo amor es herido por cada uno de nuestros pecados.

En boca de cualquiera que no fuese Dios, estas palabras implicarían una estupidez y una vanidad sin rival en ningún otro personaje de la historia.

Algunos dicen acerca de El: Estoy dispuesto a aceptar a Jesús como un gran maestro moral, pero no acepto su afirmación de que era Dios.

Eso es precisamente lo que no debemos decir.

Un hombre que fue meramente un hombre y que dijo las cosas que dijo Jesús no sería un gran maestro moral. Sería un lunático o si no sería el mismísimo demonio.

Tenéis que escoger. O ese hombre era, y es, el Hijo de Dios, o era un loco o algo mucho peor.

Podéis hacerle callar por necio, podéis escupirle y matarle como si fuese un demonio, o podéis caer a sus pies y llamarlo Dios y Señor.

Pero no que fue un gran maestro moral.

Él no nos dejó abierta esa posibilidad. No quiso hacerlo.

Nos encontramos, pues, con una alternativa aterradora.

O este hombre del que hablamos era (o es) justamente lo que Él dijo ser o, si no, era un lunático o algo peor.

Bien: a mí me parece evidente que no era ni un lunático ni un monstruo

En consecuencia, por extraño o terrible o improbable que pueda parecer, tengo que aceptar la idea de que Él era y es Dios.

Dios desembarcó en este mundo ocupado por el enemigo asumiendo una forma humana.

Fin

Fuente: C.S.Lewis, Mero cristianismo