Diez consejos para que nuestro trabajo no destruya la familia
Kevin Lowry es un converso al catolicismo (a través del
rezo del rosario, explica), casado y padre de ocho hijos, asesor financiero,
que ha publicado un libro en Estados Unidos titulado Faith at work
[Fe en el lugar de trabajo] para ofrecer una motivación
al trabajo añadida al simple salario.
Experto consejero en materia económica, Kevin aporta también su experiencia
como padre de familia en un interesante artículo en su blog
donde sugiere Diez vías para el hombre de mejorar el equilibrio entre el
trabajo y la familia.
En más de veinte años de matrimonio, con ahora ocho hijos, una casa, una
hipoteca y una carrera profesional llena de golpes y moratones, nunca
he lamentado haber elegido a mi mujer y mis hijos por encima de mi
carrera.
Así que, desde una perspectiva masculina -aclara-, ofrece consejos que a
él le han sido útiles para tomar esas y otras decisiones:
1. Pon en orden tus prioridades.
Kevin ofrece las suyas: Dios, mi esposa, mis hijos, mi carrera, y luego todo
lo demás.
Poner a su esposa por delante de sus hijos, no porque ellos no sean importantes,
sino porque ella es superimportante.
La mejor manera de ser un verdadero líder de la familia es ser modelo de
virtudes, servir y rezar como locos.
Y lo más importante: Éste es el desafío: que nuestra rutina
diaria refleje nuestras prioridades.
2. Haz sólo la voluntad de Dios.
Siempre tenemos tiempo para hacer la voluntad de Dios.
Luego, si no hay tiempo bastante en el día, es que hay cosas en nuestro listado
de tareas que no deberían estar ahí.
Si estás intentando encontrar cosas que quitar, pregúntate qué quitarías
si tu mujer o uno de tus hijos estuviese gravemente enfermo... y no esperes
a que eso ocurra.
3. Comparte las cosas del trabajo con tu mujer.
Esas cosas no serán por eso más fáciles.
Ese propósito compartido te ayudará en los malos momentos.
4. No vivas por encima de tus posibilidades.
Es una trampa, evítalo como si se tratase de una plaga.
5. Trabaja como un loco... cuando estés en el trabajo.
Completa todas tus tareas, haz todo lo mejor que puedas y vete a casa.
Fija una cita con tu mujer todas las semanas.
Incluye a tus hijos en tu agenda.
Trata a tu familia como más importante que tu cliente más importante o incluso
que tu jefe.
6. Protege tu matrimonio.
Los chicos somos criaturas visuales, así que no caigas en la mentalidad de
que no importa mirar el menú siempre que comas en casa.
Mantén una distancia emocional respecto a las mujeres que no sean tu esposa.
Trátalas con respeto, como querrías que otros hombres tratasen a tu mujer
en el lugar de trabajo.
Habla positivamente de tu mujer.
NUNCA te quejes de ella, especialmente ante otras mujeres.
Pídele a tu mujer consejo y oraciones cuando estés en problemas.
Probablemente te conoce mejor que nadie y su punto de vista puede ayudarte
a que las cosas funcionen.
Esto parece algo trillado, pero si tratamos a nuestra esposa en casa como
es debido, habrá menos problemas cuando puntualmente tengamos que trabajar horas
extra.
Recuerda por qué os enamorasteis.
Piensa en sus cualidades.
Reza por ella.
Ofrece pequeños sacrificios por ella.
Piensa en el honor que supone ser admitido, a pesar de todas nuestras debilidades,
como un marido.
9. Procura momentos a solas.
Deja un tiempo sólo para tu mujer, sin distracciones, sin niños, que, por
supuesto, también necesitan su tiempo con papá.
10. No te lleves trabajo a casa si es posible.
Especialmente en esta era de las comunicaciones, es importante apagar el
móvil, apartar el ordenador y entregarnos a nuestras familias.