Amar a nuestros enemigos

¿Amar a nuestros enemigos significa no castigarlos?

No, porque amarme a mí mismo no significa que no deba someterme a mí mismo a castigo, incluso a la muerte.

Podemos matar, si es necesario, pero no podemos odiar ni disfrutar odiando.

Podemos castigar, si es necesario, pero no podemos disfrutar haciéndolo.

Cada vez que el resentimiento y la sensación de venganza, asoman la cabeza debemos hacerlos desaparecer.

Debemos tratar de sentir por el enemigo lo que sentimos por nosotros mismos:

- desear que no fuese tan malo,

- esperar que pueda, en este mundo o en el otro, ser curado;

- desearle el bien.

A eso es a lo que se refiere la Biblia cuando dice que debemos amar a nuestros enemigos:

- deseándoles el bien,

- no teniéndoles afecto

- no diciendo que son buenos cuando no lo son.

Admito que esto significa amar a personas que no tienen nada de amable.

Tal vez lo haga más fácil recordar que ese es el modo en que Dios nos ama a nosotros.

No por ninguna cualidad atractiva o digna de amor que creamos tener, sino sólo porque existimos.

Realmente no hay otra cosa en nosotros que amar.

Fin

Fuente: C.S. Lewis, Mero cristianismo