Luchar con toda la esperanza

 

El 17 de enero de 1987, cuando nuestro hijo pequeño Jordi tenía dieciséis años, tuvo un accidente de moto. Le produjo un traumatismo craneoencefálico que lo dejó parapléjico, en una silla de ruedas. Y reencontramos a Dios.

Nacidos en el pueblo de Moja (Barcelona) de familias cristianas, nos encaminaron a Jesús desde pequeños: asistíamos a los cultos religiosos y actos lúdicos que se hacían en nuestra parroquia, como por ejemplo la misa dominical (donde Jaume hizo de monaguillo durante cuatro años), el catecismo de los domingos por la tarde, el cine parroquial; participamos en el cuadro escénico de funciones teatrales con otros jóvenes (especialmente en representaciones de Navidad).

Como en todo pueblo pequeño y rural de aquella época, nos fuimos conociendo en los juegos y las actividades que ya hemos citado, hastá que nos declaramos. Yo, Jaume, tenía dieciocho años y Josefina, catorce. Esto coincidió con la emigración de mi familia a Barcelona, en julio de 1955, a causa de la falta de trabajo y que las pocas tierras que teníamos ya no daban ni para vivir, porque durante siete años el frío y el granizo nos habían arruinado la cosecha de uva, fuente de subsistencia de la comarca. Aún así, seguimos con el noviazgo, ya que nos íbamos viendo en todas las fiestas del pueblo, o cuando participaba de la misa, del catecismo, o en el cine parroquial.

Después de siete años de noviazgo, nos casamos el 14 de septiembre de 1962, y Josefina se vino a vivir a Barcelona. Compartíamos piso con mis padres y nos desligamos del pueblo. Pero continuamos asistiendo a los cultos religiosos en el barrio donde vivíamos.

El 28 de mayo de 1965 nació nuestro primer hijo, Jaume. El 16 de agosto de 1970 nació nuestro segundo hijo, Jordi; en aquellos momentos me puse a trabajar los domingos por la mañana. Aquí empezó un cierto distanciamiento en las obligaciones cristianas de asistir a la misa dominical (sólo participábamos en determinadas solemnidades). No se entienda que perdimos la fe; pero no cumplíamos con la obligación de santificar las fiestas. Ya dejado este trabajo, nuestro hijo pequeño empezó a jugar a fútbol (una gran pasión), y cada domingo tenía que acompañarle con el coche porque jugaba en diferentes poblaciones; es decir, que lo material seguía pasando por delante de las obligaciones espirituales.

¿Por qué explicamos todo esto? El 17 de enero de 1987, cuando nuestro hijo pequeño Jordi tenía dieciséis años, tuvo un accidente de moto. Le produjo un traumatismo craneoencefálico que lo dejó parapléjico, en una silla de ruedas. Y reencontramos a Dios. Afortunadamente, con más fuerza que nunca; porque de los dieciocho meses que pasó ingresado en el hospital de Bellvitge, los seis primeros estuvo en coma. Los informes médicos que nos daban eran muy pesimistas, los médicos no entendían cómo continuaba vivo. Nosotros, los padres, orábamos y dábamos gracias a Dios por cada día de vida que le daba; y pedíamos que no le abandonase. Es lo que nos daba fuerza para superar el abatimiento moral que nos causaban los informes médicos pesimistas; trasladado ya a la unidad de rehabilitación de Valle de Hebrón, durante los doce meses siguientes, nosotros seguíamos orando. Nos encomendamos especialmente al Cristo de Lepanto, de la Catedral de Barcelona, y a nuestra patrona, la Virgen de Montserrat. De ellos recibimos el apoyo que, durante aquellos años tan duros, nos permitió seguir adelante.

Antes de terminar queremos dar un pequeño testimonio de nuestra experiencia, especialmente para las familias que, por alguna causa similar a la nuestra, se les trunca la felicidad. Que no dejen de recurrir a Dios. Él nunca abandona a quien confía en él. Os dará la fuerza para superar las adversidades que la vida comporta. Entre la gente que conocemos y que pasa por circunstancias similares, algunas familias, que, por falta de fe, no han podido superar las adversidades, se han roto en detrimento de la persona afectada, que ha perdido el apoyo y el amor de familiares muy amados (del padre, o la madre, el marido o la esposa).

Gracias a Dios, no es nuestro caso, ya que el desgraciado accidente de nuestro hijo nos ha unido como nunca para seguir luchando, no sólo por nuestro hijo, sino (en la medida de nuestras posibilidades) también por los demás.

En 1991 nos volvimos al pueblo, a Moja. Aquí nos unimos a otras familias de la zona que, por distintos motivos, tenían hijos con discapacidades psíquicas y físicas. Luchamos para construir un gran centro para pluridiscapacitados en Vilafranca del Penedés. Funciona desde 1993 y alberga a unos 65 afectados, entre chicos y chicas de todas las edades. Acto seguido empezamos a luchar para construir una residencia de catorce plazas para grandes discapacitados; la inauguramos el primero de noviembre de 1998. En estos momentos tenemos el proyecto de construir otra residencia para pluridiscapacitados. Para nosotros, sólo pedimos a que Dios no nos deje de guiar por caminos de paz y de amor.

Josefina Arqués (1940) y Jaume Milà (1936). Casados en 1962

Fuente: Testimonios cristianos de matrimonio. Centre de pastoral litúrgica


Enviar comentarios

 

 

Espíritu Santo Iglesia Jesucristo Juan Pablo II Magisterio de la Iglesia Misa Romano Pontífice Virgen aborto abuso adicción adoración afectividad agnosticismo alegría amar amistad amor amor a Dios amor de Dios ansiedad anticoncepción apostolado arrepentimiento atentado ateísmo autenticidad avaricia ayuno bautismo bioética budismo calumnia cancer caridad cariño carácter castidad catequesis catástrofe celibato cielo ciencia ciudadanía clonación coherencia comprensión compromiso comunicación comunismo comunión de los santos comunión sacramental conciencia confesión confianza conocimiento propio consejo contemplación conversión convivencia corredentores corrupción creación creer crisis cruz cuaresma cuidados paliativos cultura curación deber debilidad humana demonio depresión descanso desprendimiento dificultades dignidad dirección espiritual divorcio dolor drogas educación egoísmo ejemplaridad embriones enfermedad entrega esperanza estudios eternidad eucaristía eutanasia evangelio evangelización evolución examen de conciencia existencia de Dios exorcismo expectativas familia fe fecundidad felicidad feminismo formación doctrinal fortaleza fracaso generosidad género hedonismo heroísmo heterosexualidad hijos hinduísmo humildad in vitro infancia injusticia intelectual intolerancia islam judaísmo justicia laicos libertad limosna lucha ascética mal mansedumbre martirio masonería materialismo matrimonio milagro misericordia divina moda moral cristiana muerte música noviazgo obras misericordia odio olvido de sí optimismo oración paciencia paz pecado penitencia perdón pereza persecución pesimismo piedad pobreza política pornografía presencia de Dios protestantismo providencia divina psicología recogimiento redención regreso católico relativismo responsabilidad sabiduría sacerdote sacramentos sagrada escritura santidad secuestro sentido vida serenidad servicio sexualidad sida silencio sinceridad soberbia sociedad civil soledad tecnología temor de Dios templanza teología tolerancia trabajo trinidad tristeza unción de enfermos unidad valentía verdad vida interior vida religiosa vientres de alquiler violación violencia virginidad virtudes vocación voluntad voluntad de Dios xenofobia yoga