Nadie es perfecto, pero cada uno debe realizar su mejor esfuerzo para amar bien... especialmente a su cónyuge.
Tenemos que tener cuidado de no ser fatalistas en la vida. Gran parte de nuestro modo de vivir tiene que ver con la manera en que fuimos educados. En esa etapa es cuando aprendemos a tener buenas actitudes y cómo cuidar las relaciones de manera adecuada para que puedan crecer con el tiempo; pero en nuestra sociedad tipo "disfruto ahora sin importar nada", queremos que las cosas se hagan rápido y fáciles casi siempre, y es cuando nos sentimos frustrados cuando no ocurre así. Hay quien incluso tira la toalla cuando no ve resultados rápidos tras realizar sus pequeños esfuerzos.
Me pregunto si alguna vez has sentido que tu choca contra una montaña, pero en realidad han sido solamente obstáculos reductores de velocidad, que han estresado tu relación en repetidas ocasiones…
Ted Cunningham en su libro “El poder de la crianza en casa”, escribe: "Los grandes matrimonios fluyen desde el carácter, no desde la química. En un matrimonio próspero, el carácter triunfa sobre la química en todo momento. Las decisiones diarias que se derivan del carácter crean compatibilidad con los demás a largo plazo. La compatibilidad no es algo que ya se tiene, sino que es algo que se elabora. Es una disposición, una actitud, una voluntad de trabajar".
Creo que esto es brillante. Para los que todavía están en etapa de noviazgo, les recomiendo que no busquen un futuro cónyuge con el que tengan química perfecta, sino que busquen a alguien que valora el carácter y se preocupa por crecer en la vida y aprender a amar mejor cada vez... alguien con una disposición, una actitud de buena voluntad para trabajar y luchar por la relación por encima de todas las cosas.
Ted escribe: "Cuando crees que la compatibilidad significa aceptar quien eres, te robas el proceso de crecer. Llegar a ser compatible significa que cada uno de nosotros tomamos la responsabilidad personal de nuestro propio pecado".
Nuestra cultura a menudo se equivoca en esto. Greg Laurie lo expresa así: "Nuestra sociedad te dice que te encuentres. Jesús te dice que te niegues a ti mismo, toma tu cruz, así encontrarás la verdadera vida." Si vivimos para nosotros mismos llegaremos al vacío rápidamente.
Todo el mundo experimenta obstáculos en su matrimonio, pero ¿qué tal si intencionalmente tratamos de esquivarlos en búsqueda de una relación más estable y profunda, y tener una vida más amorosa con nuestro cónyuge con la actitud de trabajar por la compatibilidad desinteresada hacia él o ella? Recuerda: La hierba no es más verde al otro lado de la valla. La hierba es más verde donde se riega.
Aquí hay 6 obstáculos comunes en el matrimonio... ¿qué tal si dejas de hacer estas 6 cosas para tener una relación más satisfactoria y más profunda?
1) Deja de hacer cosas que molesten a tu cónyuge
Si tu cónyuge está claramente molesta por algunas de las cosas que todos los días haces, ¿qué tal si tratas de cambiar tú mismo con el fin de dejar de hacer esas cosas?
Recuerdo que el Dr. Emerson Eggerich, autor de “Amor y Respeto” compartió hace años en una conferencia de matrimonio, que si él amaba a su esposa, ¿por qué no iba a dejar de hacer algo que le molestara, con el fin de hacerla más feliz y más plena? Pensé que esto era una poderosa declaración de amor desinteresado, y no lo he olvidado. Se trata de un modo de pensar que todos podemos trabajar en pro de nuestras propias relaciones.
2) Deja de hacer que tu cónyuge tenga que adivinar lo mucho que significa para ti
Dile a tu cónyuge lo loco que estás por ella. Díselo a menudo. Díselo más veces de las que nadie jamás lo haría. Sé el mayor admirador de tu cónyuge.
Y no sólo se lo digas, también muéstraselo con obras de respeto y cortesía. Procúrale momentos emocionales y sentimentales que sabes que le cautivarán.
3) No esperes a que tu cónyuge suplique tu ayuda en los quehaceres de la casa o con los niños
Se consciente de la situación en casa y ten la intención de buscar la manera de ayudar en la casa o con los niños. No esperes a que tu cónyuge te ruegue que le ayudes más.
Si tu cónyuge expresa frustración en esta área, pregunta de qué manera puedes apoyar en su lista de quehaceres y piensa cómo pueden resolverla para que puedan tomar un necesario descanso. Te sorprenderá lo mucho que significará tu esfuerzo. Piensa en esto: si tienes manera de hacerle feliz ayudándole más, ¿no te gustaría probar?
4) Deja de gastar todo tu tiempo en ocupaciones, y haz espacio para placeres también
La vida es corta. Seguramente no quieres llegar al final de tu vida deseando que fuera más divertida, sin tantas preocupaciones, viajando más o al menos tener más días de vacaciones. Hazlo ahora.
Sé consistente en planificar tu tiempo semanal, mensual y anual, pero en pareja, de manera que llenen su tanque de actividades saludables.
¿Qué tal si haces espacio para que junto con tu pareja disfrutes más: para ir de vacaciones, disfrutar de pasatiempos sin preocuparse por el tiempo, o para hacer esas cosas divertidas que tanto desean?
5) Mantente alejado a diario del egoísmo
Es justo aquí donde los medios de comunicación, las celebridades y la sociedad no ayudan. No hay vida si se sigue el egoísmo. Por otro lado, si haces un esfuerzo cada día para mantenerte alejado del egoísmo, lograrás el tipo de relación que anhelas.
Deja de centrarte en tus necesidades y expresarlas todo el tiempo, mejor empieza a escuchar las necesidades, desde las más superficiales hasta las más profundas de tu cónyuge.
Deja de tratar de ganarte el respeto, y empieza a admirar a tu cónyuge por lo que ya es.
Deja de querer tener la razón siempre, y empieza a darle la razón a tu cónyuge y encontrarás que eso te hará sentir aún mejor.
Deja de pensar que te mereces más, y debes conseguir más, y empieza a darte tú mismo.
6) Deja de pretender que tu matrimonio funcione solamente con tus propias fuerzas
Tal vez cuando leas esto sientas que es demasiado tarde, o no tienes claro si aún hay algo que hacer al respecto. Tengo buenas noticias para ti - cuando se llega al final de la cuerda, se llega al punto de partida del poder de Dios.
El matrimonio es demasiado importante, demasiado épico, demasiado complicado, demasiado precioso para tratar de ir en él por tus propias fuerzas. Dios promete en su Palabra, que cuando le llames, Él proveerá el poder que sólo Él puede dar.
No dejes pasar otro día sin orar por tu cónyuge, y orar por ti mismo para que sigas creciendo y te conviertas en la persona que tu familia necesita.
Adaptación y traducción al español por Rafael Ruiz, para PildorasdeFe.net, de artículo publicado en: Dave Willis´ Blog, autor: Dave Willis
Rafael Ruiz, mexicano, psicoterapeuta, casado, padre de tres hijos; catequista y defensor de la vida intrauterina. Amar a Dios es mi tesoro escondido, tocar los corazones es mi vocación y evangelizar es mi deber.
www.pildorasdefe.net 19.02.2016
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