Ver en PDF (A5) Descargar PDF (A4) Descargar EPUB

¿Cómo hablar de Dios hoy?

 

Colección +breve
Más títulos en masclaro.org/+breve

Aquí se recogen algunas ideas tomadas de este libro: ¿Cómo hablar de Dios hoy? (Anti-manual de evangelización) de Fabrice Hadjadj, Ed. Nuevo Inicio 2017.

Fabrice Hadjadj (Nanterre, 1971) es director del Instituto de Estudios Antropológicos Philantropos de Friburgo. Filósofo, escritor, ensayista y dramaturgo. Está casado con una actriz de teatro y es padre de seis hijos. En 2014, Hadjadj fue nombrado miembro del Consejo Pontificio para los Laicos.

De origen judío y criado en un hogar de ideología maoísta, Hadjadj afronta una de las cuestiones peor resueltas en muchos ambientes: ¿podemos hacer de Dios un tema de conversación?¿cómo hablar de Él?

Como niños que balbucean

Antes de su conversión, Hadjadj, como buen ateo, entendía la palabra Dios como un “tapa-agujeros”, un remedio para explicar lo inexplicable. Su conversión fue en buena parte descubrir que la palabra Dios en realidad es un “abre-abismos” que nos adentra en la infinitud de lo insondable.

Hablar de Dios es, antes que nada, percatarse de esa Presencia de lo Eterno ante la que casi nos quedamos mudos, como niños que balbucean ante la grandeza del misterio

Muchos -agnósticos y cristianos vergonzantes- optan por el silencio, incluso llegan a considerar de mal gusto o incómoda la mención de Dios.

Amor y humildad

Hablar de Dios requiere humildad: la del que sabe que sus palabras no llegan a explicar apenas nada de la hondura de su significado

Hablar de Dios es un acto de amor a la persona a la que hablamos: porque es llevar o recodar la Palabra que le da la existencia y le mantiene en ella.

Y la humildad del que comprende que incluso en el interlocutor más hostil hay un corazón hecho por Dios, capaz de darle lecciones.

Quien intenta hablar de Dios ha de saber que no es mejor que los demás. Dios está presente hasta en el más anticristiano: si no con su presencia de gracia, sí al menos con su presencia de creación, de inmensidad.

Si hablo de Dios a quien se considera mi enemigo debo ser consciente de que Dios le ha creado con amor y de que le ama infinitamente

Desde luego, eso no garantiza una eficiencia irresistible, porque la Palabra de Dios, que penetra hasta la médula puede no ser aceptada si encuentra un alma soberbia.

No es cuestión de estrategia

No se trata de hacer evangelización, sino de ser (verdaderamente) cristiano.

La evangelización no es tanto una técnica como un asombro. No se trata de un método eficaz para convencer de Dios, algo así como usar Twitter para ayudar al Espíritu Santo

Insistir sólo en la estrategia, nos convertiría sin querer en embaucadores de lo cristiano. Cristo mismo nos advertía que, cuando llega el momento de las dificultades, la persecución y la cruz, llega el verdadero momento del testimonio.

En ese momento no hay que «preparar la defensa» sino que Él mismo nos dará «una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios».

Jesús envía a sus discípulos para que anuncien: “El Reino de Dios está muy cerca de vosotros”. No comprenden mucho, pero pueden añadir: nos lo ha dicho Jesús. Lo importante es Él, que envía

No han de preocuparse mucho por qué dirán, porque: “Yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios”.

Lo esencial es ser una palabra de Dios, más que tener una palabra sobre Dios.

No hablamos de Dios para promocionar valores (aunque por supuesto los promocionamos: Dios es la Justicia, la Bondad, la Belleza, el Bien, la Misericordia, el Perdón, la Alegría…) sino ante todo para facilitar el encuentro con una Persona.

El cristianismo es el encuentro con Alguien. Pero Alguien que no es una cosa más entre las cosas, no es una supercosa, una supercriatura. Este enfoque haría de Dios un competidor, un invasor que oscurece las cosas cercanas y bonitas de este mundo. Hablar de Dios se convertiría en algo extraño a la palabra humana.

Dios habla a través de nosotros

¿Y por qué Dios no podría anunciarse directamente, sin nuestra colaboración? Dios parece esconderse para hacerse presente por medio de sus criaturas. Si parece silencioso es para que nosotros no seamos mudos, para hablar a través de nosotros.

Dios habla por medio de testigos porque quiere conceder al hombre cooperar en su vida y en su obra

Cuando dice “Sed santos, porque Yo, vuestro Dios, soy santo” no intenta cargarnos un fardo, sino infundirnos una existencia más extensa y más elevada.

Pero el reto (que Dios mismo ha planteado con su Encarnación) es, precisamente hablar de Dios con nuestras palabras (con el mismo lenguaje con el que el hombre habla de fútbol, de comida o de amor). Dios no es una alternativa al mundo porque es el Ser, no un ser entre otros.

¿Cómo hablar de Dios hoy? En el fondo, cuando nos preocupamos menos del cómo y nos tomamos en serio el qué

La conversión es siempre un encuentro libre del que oye con Cristo. Se trata pues, “sencillamente”, de pedírselo a Él en la oración e intentar ser una respuesta viva que se entrega.


Enviar comentarios

 

 

Espíritu Santo Iglesia Jesucristo Juan Pablo II Magisterio de la Iglesia Misa Romano Pontífice Virgen aborto abuso adicción adoración afectividad agnosticismo alegría amar amistad amor amor a Dios amor de Dios ansiedad anticoncepción apostolado arrepentimiento atentado ateísmo autenticidad avaricia ayuno bautismo bioética budismo calumnia cancer caridad cariño carácter castidad catequesis catástrofe celibato cielo ciencia ciudadanía clonación coherencia comprensión compromiso comunicación comunismo comunión de los santos comunión sacramental conciencia confesión confianza conocimiento propio consejo contemplación conversión convivencia corredentores corrupción creación creer crisis cruz cuaresma cuidados paliativos cultura curación deber debilidad humana demonio depresión descanso desprendimiento dificultades dignidad dirección espiritual divorcio dolor drogas educación egoísmo ejemplaridad embriones enfermedad entrega esperanza estudios eternidad eucaristía eutanasia evangelio evangelización evolución examen de conciencia existencia de Dios exorcismo expectativas familia fe fecundidad felicidad feminismo formación doctrinal fortaleza fracaso generosidad género hedonismo heroísmo heterosexualidad hijos hinduísmo humildad in vitro infancia injusticia intelectual intolerancia islam judaísmo justicia laicos libertad limosna lucha ascética mal mansedumbre martirio masonería materialismo matrimonio milagro misericordia divina moda moral cristiana muerte música noviazgo obras misericordia odio olvido de sí optimismo oración paciencia paz pecado penitencia perdón pereza persecución pesimismo piedad pobreza política pornografía presencia de Dios protestantismo providencia divina psicología recogimiento redención regreso católico relativismo responsabilidad sabiduría sacerdote sacramentos sagrada escritura santidad secuestro sentido vida serenidad servicio sexualidad sida silencio sinceridad soberbia sociedad civil soledad tecnología temor de Dios templanza teología tolerancia trabajo trinidad tristeza unción de enfermos unidad valentía verdad vida interior vida religiosa vientres de alquiler violación violencia virginidad virtudes vocación voluntad voluntad de Dios xenofobia yoga