Lo que místicos, sabios, poetas y enfermos en fase terminal han enseñado durante siglos ha quedado oculto en los dos últimos siglos bajo espejismos de "progreso" (material), la ocultación de la muerte y la creencia (no científica) de que pensar en la muerte es morboso o enfermizo.
Ahora, un estudio demuestra exactamente lo contrario: pensar específicamente en la propia muerte (no en " la muerte" en general) ayuda a mejorar la vida y a mostrar más generosidad e implicación en la sociedad y el prójimo.
En el número de junio de la revista "Psychological Science" se publica un estudio de la Universidad de Essex, a partir de entrevistas en profundidad a 90 ingleses.
A algunos se les preguntó sobre temas genéricos: ¿qué pensaban o sentían acerca de la muerte? ¿Qué creían que les pasaría después de la muerte?
A otros se les animó a imaginar que morían en un incendio en un apartamento, y luego se les preguntaba sobre como vivirían esa experiencia y cómo pensaban que reaccionaría su familia.
El estudio comprobó que las personas que reflexionaban sobre su propia muerte se mostraban mucho más dispuestas a implicarse de forma comprometida en atender a los demás, algo que medían, por ejemplo, por su disposición a donar sangre.
"La muerte es una motivación poderosa", explicó Laura E. R. Blackie, la directora del estudio. Cuando la gente comprende de verdad que su vida es limitada "puede ser uno de los mejores dones que tenemos en la vida, motivándonos a volcarnos en la vida y en los objetivos que son importantes para nosotros".
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=15705 26/05/2011
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