Delizia Cirolli Costa, es madre de familia y enfermera, nació el 17 de noviembre de 1964, y reside en Paterno (Italia). A los 11 años su vida fue sacudida por la presencia de un cáncer de huesos, un ostesarcoma. Los médicos propusieron la amputación de la pierna como única solución pero sus padres se oponen.
Todos los que conocen a la pequeña Delizia comienzan a rezar por su curación, reuniendo ayudas para que pudiera ir de peregrinación al Santuario de Lourdes en Francia, a donde los sicilianos acuden con particular devoción.
En el verano de 1976 viaja al Santuario de Lourdes en Francia pidiendo la curación, pero vuelve a casa y su estado empeora. En la Navidad de ese mismo año, cuando ya había cumplido 12, un día de forma inesperada, comprueba cómo puede andar con normalidad.
“A partir de aquel momento tuvieron lugar los diferente controles. Y en 1981 los médicos de Lourdes declararon que desde el punto de vista científico mi curación era inexplicable. El comité internacional lo declaró milagroso en 1982”, explica Delizia, la número 65 de los curados milagrosamente en Lourdes, que va desde entonces en peregrinación todos los años al santuario de Francia.
El 28 de junio de 1989, el obispo de Catania, Mons. Luigi Bonmarito, reconoció oficialmente el milagro. Aunque los milagros reconocidos por la Iglesia en Lourdes son 69, ofrecemos éste testimonio coincidiendo con el 155 aniversario de las apariciones de la Virgen María en aquel lugar.
Es en el mismo santuario donde es filmado el testimonio de Delizia: “Vine aquí a Lourdes por primera vez en 1976. Tenía once años. Los médicos habían dicho que tenía un tumor en la rodilla. Cuando estaba en el instituto sentía dolores en la pierna derecha. Se lo dije a mi madre pero no me creía”.
Los dolores de Delizia aumentaron rápidamente. Su padres fueron entonces a consultar a varios especialistas que le hicieron múltiples exámenes, radiografías y una biopsia. “Los resultados de la biopsia mostraron que tenía un tumor óseo, un osteosarcoma, Mi padre, que era un hombre muy sensible, estaba completamente desconcertado y además el tenía mucho miedo a los médicos”, explica Delizia que se emociona al recordar la muerte de su padre.
“Los médicos aconsejaron que debían amputarme la pierna, pero mi padre decía que, suprimiendo los dolores con calmantes, era mejor que conservara mi pierna. Cuando volvimos a Paterno, mi ciudad natal, mi madre estaba desesperada, no aceptaba la idea que no hubiera nada que hacer”, asegura Delizia.
Los padres de Delizia la llevan a consultar a otros especialistas y en último extremo a Sicilia. Ella continua su relato contado que “en aquel momento, año 1976, mi profesor de inglés dijo a mi madre que un viaje a Lourdes sería para mí una hermosa experiencia. Y entonces decidimos hacer el viaje. Para mí, en aquel tiempo, era un viaje como otros, sin significado particular. Y una religiosa de mi país me acompaño a las piscinas. A mi regreso a Sicilia, mi estado había empeorado y sufría todavía más. No andaba y había adelgazado muchísimo. Un día del mes de diciembre de aquel año , 1976, tuve ganas de levantarme y me levante, como una cosa normal. Fui a la cocina donde estaba mi madre y le dije. ‘Mamá, quiero salir’”. Desde aquel día Delizia anda: “Me hicieron entonces radiografías y en ellas se podía ver la mejoría”.
religionenlibertad.com (18 de febrero de 2013)
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