Es un proceso muy largo. Hace años no pensaba que pudiera creer en Dios y en Jesucristo. Para mi Dios era un personaje muy abstracto. Con el tiempo y gracias a mi amiga Esther empecé a conocer a Dios. Ella me hablaba de Dios, de su fe y me decía que si tenía dudas le preguntase a Dios. Al principio me parecía ridículo preguntar a alguien en quien no creía, pero con el tiempo la cosa cambió. Ahora creo en Dios y eso me hace muy feliz.
Antes, mi amiga Esther me decía que yo era muy soberbia porque me sentaba mal oírle hablar de Dios. Ahora entiendo lo que me decía mi amiga. Creo que ahora soy más humilde y eso me hace creer en más cosas. Además ahora no puedo vivir como lo hacía antes, creyendo que yo era el principio y el fin de todo. Antes de tener fe pensaba que podía dominarlo todo, pero ahora me doy cuenta de que no es así. Con la fe puedes ver muchas cosas con claridad. La fe te abre los ojos.
Cuando el año pasado decidí bautizarme mi familia aun no lo sabía. Mi hermana tuvo unos problemas y yo le dije que rezaría por ella. Esta afirmación le sorprendió mucho y al principio se enfadó, Luego se lo expliqué y me terminó comprendiendo, Ahora está muy contenta por mí. Además, se alegró muchísimo cuando le pedí que viniera a Pamplona en representación de la familia, el día de mi bautizo. Me suele preguntar muchas cosas sobre nuestra fe, la muerte, la santidad, etc., Cuando conté en mi casa que me quería bautizar mis padres me escribieron un correo electrónico diciéndome que si de ese modo yo iba a ser más feliz que lo hiciera, que ellos se alegraban mucho por mí. Pero al que más le agradó mi bautismo fue a mi hermano pequeño. Quería venir a la ceremonia a toda costa. Cuando me bauticé el pasado día 9 de enero, mi familia me llamó por teléfono para felicitarme e interesarse por cómo había ido todo.
Lo que más me gusta es que la gente cristiana practicante vive con seguridad, tiene las ideas muy claras y no tienen miedo de la muerte. Los católicos viven muy unidos, aman a toda la gente y no son falsos. Cuando te falta la fe te preguntas cómo se puede amar a los enemigos. Pero lo que más me llamó la atención fue el cambio de mi amiga Esther. Fue muy bonito ver cómo mi amiga era mejor persona después de su conversión. Cómo fue cambiando poco a poco. Los católicos son más felices.
De pequeña estudié en un colegio católico, pero no conocí nada porque en Taiwán no educan ni enseñan nada de la fe a Dios. La imagen que yo tenia de la religión católica era la que podía tener de las películas. Yo no diferenciaba las religiones cristianas. Todas me parecían la misma. Hasta que no llegué a Pamplona no empecé a conocerla realmente.
La primera que me ayudó fue mi amiga Esther, con la que compartía piso en Pamplona. Después, el resto de compañeros y amigos, mi catequista, y las personas que ejercieron como padrinos en mi celebración del bautismo, Pero sobre todo Dios, que es el que me ha dado el don de la fe.
La presencia de Dios la note con sus respuestas. Yo me hacia preguntas que a la mañana siguiente Él me contestaba de ciertas maneras. Para mucha gente esto era pura coincidencia, pero yo sabía que no, que habla sido El. La primera respuesta me la dio un sacerdote en una homilía. La segunda me la dio cuando antes de acostarme me puse a leer la Biblia y me respondió a un problema que había tenido, Justo abrí la Biblia por un capitulo que trataba sobre el tema del que yo le había preguntado. También he notado su presencia en otras ocasiones, pero esas son más personales.
Fuente: La Verdad (28.I.2005)
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