En la actualidad, Paco Segarra es el director general creativo en una agencia de publicidad multinacional. Define su profesión como "un oficio como cualquier otro' y donde "se trabaja muy duro durante muchas horas"; lo cual es "signo de los tiempos de la globalización en que vivimos: más trabajo y menos margen".
Aunque sus padres eran católicos y practicantes, Paco "andaba sumergido en Nietzsche, Hegel, Marx, etc. y me declaraba agnóstico. Sufrí una crisis vital muy fuerte: angustia, depresión... Pensé que mis hijos deberían tener algo a lo que asirse en casos así -la filosofía, lo juro, no sirve-. Volví a ir a misa por ellos. Poco a poco, a lo largo de unos cuantos años, fui saliendo del pozo, empecé a interesarme por autores cristianos como Guitton, Frossard, Martín Descalzo o C. S. Lewis y, racionalmente, me fui acercando de nuevo a la Iglesia. De modo que fue gradual".
Cuando se pasa por un proceso de conversión, se empieza a vivir como un auténtico cristiano, algo que él recuerda muy bien, pues su vida entera "sufrió un cambio", aunque no fue de golpe". Según explica, se fue dando cuenta "poco a poco de lo que está bien y lo que está mal según la fe, que trasciende a lo que está bien o mal según la conciencia o según la Ley, por parafrasear a san Pablo. Sin embargo, que veas una cierta luz no quiere decir que dejes las sombras. Más bien la luz ilumina espacios de sombra en uno mismo que ni sospechabas".
Ese proceso de conversión llevó a Paco Segarra a "aceptar que Jesús debe nacer en nuestro establo, con el mal olor, los excrementos, los animales, y no en las habitaciones arregladitas (tan hipócritamente a veces) de nuestro ego. Ése es el principio real de toda conversión, enfatizó. Esto es algo que Paco ha descubierto hace poco, y en este sentido reflexiona que "es curioso lo que nos cuesta creernos, y aceptar eso de que Jesús llama a los pecadores. Los pecadores, para nuestras habitaciones arregladitas donde no hay sitio para Él, siempre son otros".
Paco, junto con otros publicistas y comunicadores, creó hace años la Fundación Kolbe, una agencia que trata de cumplir con "la labor primordial de la Iglesia, el encargo de anunciar a Cristo. Por eso creamos la Fundación Kolbe, para anunciar el mismo mensaje con las formas más actuales: el fondo siempre es el mismo. Predicamos un poco en el desierto, pero es lo que toca: además todos los miembros trabajamos en agencias así que no podemos dedicarnos full time a Kolbe. Aunque todo se andará", asegura.
En este sentido, Segarra explica un claro sentido de publicidad de la Iglesia que a él le gustaría llevar a cabo: "Jesús dice que amemos a nuestros enemigos, y no hace excepciones. Por lo tanto hay que amar a Bin Laden y a todos los terroristas; al vecino que te fastidia; al político malévolo o corrupto; al asesino de indigentes; a Hitler; a... ¿Cuesta? Claro: Un amor así solo puede ser divino. ¿Radical? Si no, ni sería verdad, ni me interesaría".
Fuente: ALBA
Lo más reciente