El Padre Ricardo Reyes también es autor de un libro en dónde explica el sentido de la Misa: Cartas entre el Cielo y la Tierra. La Misa explicada a un amigo (Vozdepapel)
A continuación les ofrecemos una entrevista, realizada por el diario italiano Avvenire, al autor del libro sobre la confesión:
- Porque el demonio existe y, conociendo bien la fuerza de este Sacramento, hace de todo para que sea menos accesible a las personas. El Sacramento de la Reconciliación es un tesoro, pero a menudo los fieles no conocen el poder de este Sacramento, o no son del todo conscientes de que este es una de las vías privilegiadas para encontrarse con el amor de Cristo.
Ciertamente, la más grande dificultad que todos encontramos en vivir este Sacramento está en reconocer nuestras propias faltas, porque en el fondo, no creemos que donde abunda el pecado sobreabundó la gracia. La belleza de nuestra fe está en reconocer nuestros pecados más profundos para poder así encontrarnos con la grandeza y la ternura del amor misericordioso del Padre.
- El Sacramento de la Reconciliación es un encuentro de amor. El sacerdote es solo un siervo a través del cual el Señor actúa, y no es posible pensar que este Sacramento sea una simple conversación psicológica porque en él ocurre algo que supera siempre a la persona. Dios obra en modo particular; actúa a través del Espíritu Santo, curando las heridas más escondidas, sean antiguas o nuevas.
- El Papa Francisco desde el primer día de su pontificado ha anunciado insistentemente el valor y la importancia del perdón. Toda la Iglesia está llamada a convertirse y a experimentar en el perdón aquel amor que da sentido hasta al dolor y a la muerte. El Papa ha dicho en más de una ocasión que estamos en un hospital de campo; el hombre está herido y sufre. Hoy más que nunca la comunidad cristiana tiene que tomar conciencia de su misión y anunciar al mundo aquel amor que nunca deja solos a sus hijos.
- Es urgente una formación cristiana para adultos. Como decía el Papa Emérito Benedicto XVI, "sin la formación Litúrgica no se dará nunca una verdadera renovación". Ahora, más que nunca, es necesario, como lo deseaba el Concilio Vaticano II, crear en las parroquias un itinerario de formación sobre los Sacramentos que mire a la verdadera esencia de estos para ayudar a los cristianos a encontrarse con el Señor y experimentar su presencia.
- Mientras más un sacerdote está enamorado de Cristo, más transmite el amor de Cristo. El Sacramento de la Reconciliación es alimento en la vida de fe de cada sacerdote; administrarlo debería ser motivo de maravilla, contemplando la ternura y la infinita misericordia del Señor.
- No cambia nada. El hombre y la mujer sufren del mismo modo en todo el mundo. Las personas están cada vez más solas y, ante la precariedad de la vida (pensemos en los hechos de París), sienten una profunda necesidad y deseo de encontrar un sentido a su propia existencia, sentido que solo encontrarán en Dios, que se manifiesta en el perdón.
ReL 2 diciembre 2015
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