La fe protege a los jóvenes de las drogas, la violencia y el sexo precoz
El uso de hachís y alcohol es menor en adolescentes religiosos, incluso si en su entorno se consume. La fe es más fuerte que la presión y el mal ejemplo de los amigos. Un reciente estudio publicado en la revista especializada Journal of Drugs Issues demuestra que los jóvenes religiosos tienden a no consumir tabaco, alcohol y hachís, incluso si en su entorno de amigos se consumen estas sustancias o las consideran socialmente admisibles.
Es sólo el penúltimo estudio que demuestra los beneficios de la religión para los adolescentes. Es un beneficio del que gozan cada vez menos chavales en España: según un reciente informe de la Universidad de Comillas, aunque ocho de cada diez niños españoles rezan, sólo un 20 por ciento de los adolescentes de 12 a 14 años mantienen la misa semanal o, al menos, mensual.
La pérdida de convicción religiosa va asociada, dicen los estudios, con un mayor riesgo de drogas, depresión, sexo prematuro y violencia.
He aquí algunos estudios recientes, publicados en la prensa científica, que dan evidencia de los beneficios de la religión en los jóvenes:
Protección contra el abuso de sustancias. Los adolescentes que dicen que la religión es importante en su vida o acuden con frecuencia a la iglesia, tienen menos riesgo de consumir tabaco, alcohol, marihuana, recurrir al sexo prematuro o caer en depresión (publicado en el Journal of Adolescence, año 2007).
Protección contra el sexo prematuro. Los adolescentes que rezan más a menudo, o que van a a actividades eclesiales para jóvenes, tienen un menor índice de sexo precoz (Social Science & Medicine, año 2003).
Menos embarazos juveniles y violencia. Las chicas que acuden con frecuencia a actividades eclesiales tienen menos posibilidades de embarazo. Chicos y chicas que rezan tienen menos relación con actividades violentas, problemas emocionales y consumo de alcohol, tabaco y marihuana. (Social Science & Medicine, 2003).
Menos delincuencia. Los adolescentes religiosos de entornos de bajo riesgo social tienen un tercio menos de posibilidades de practicar la delincuencia que sus compañeros arreligiosos. Este dato se mantiene incluso comparando los alumnos con buenas notas de ambos grupos. (Social Science Research, año 2003).
Menos comportamiento anti-social. Los que rezan con más frecuencia, o consumen contenidos religiosos (películas, música, libros) tienen menos comportamientos anti-sociales, incluso si han sufrido violencia o la han vivido en su entorno. (Estudio con 1.700 estudiantes de escuelas públicas en EE UU, Child Development, 2003).
La escuela religiosa ayuda. Ir a una escuela de entorno religioso, incluso si los jóvenes no son muy practicantes, ya basta para reducir el riesgo de consumir hachís. (Estudio con 15.000 adolescentes, Social Problems, 2007).
Más autocontrol y hábitos de cooperación. Si los padres van a la iglesia con frecuencia, los hijos tienen mejor autocontrol, comportamiento y hábitos cooperativos. (Estudio con 16.000 menores de edad, publicado en Social Science Research, en 2007).