Casi lo abortaron, fue comunista, hizo yoga, tomó a Jesús como Maestro… y ahora es arzobispo

El arzobispo Stankevics de Riga ejemplifica en su vida los avatares étnicos y espirituales de Europa Oriental, y toma con fuerza su identidad católica

Una de las voces que han sonado con más fuerza en el pasado Sínodo de la Familia en defensa de la doctrina católica sobre el matrimonio y la familia fue la del arzobispo de Riga (Letonia), Zbigniew Stankevics, un hombre con un pasado peculiar: presionaron a su madre para que lo abortara, tuvo formación científica en inteligencia artificial, fue miembro de las juventudes del Partido Comunista, durante años buscó el sentido de la vida en el yoga y las religiones orientales y tomó a Cristo como Maestro (y Señor) en un grupo ecuménico en el Moscú soviético.

Un país que se divorcia al 77%

Con una tasa de divorcio del 77% los letones lo saben casi todo sobre la desestructuración de la familia. Stankevics señala, sin embargo, que los que se casan por la Iglesia en Letonia sólo registran una tasa de ruptura del 14%, pese al ambiente divorcista del país.

Durante el Sínodo, Stankevics habló en Radio Vaticana con las ideas claras: “La misión de los padres sinodales no es hacer una apertura mal definida, sino aplicar en la situación actual la enseñanza de la Iglesia”.

Y añadió: “hemos de enfrentar los retos contemporáneos sin perder nuestra identidad católica y sin renunciar a la verdad sobre el matrimonio”.

De vuelta a Riga tras el Sínodo, el arzobispo aseguró a la prensa local: “La enseñanza de la Iglesia no ha cambiado ni se espera que cambie. Ni el Sínodo ni el Papa pueden cambiar lo que está escrito en el Evangelio, que contiene las verdades fundamentales. El problema hoy consiste en reavivar esa realidad”.

Sin miedo a ir contracorriente

Stankevics es un hombre valiente al que nunca le ha importado ir contracorriente. Por ejemplo, muchos nacionalistas letones le criticaron cuando propuso que sería bueno que todos en Letonia conociesen el idioma ruso, que tiene como propio casi un tercio de la población, pero que el resto asocia con la odiada ocupación soviética que duró de 1940 a 1990.

“A mí me gusta comunicarme con la gente en su propio idioma”, explicó él. “Tengo familiares con los que hablo en polaco, otros en ruso y otros en letón. En familia suelo usar el polaco; en la escuela usaba el letón; usaba el ruso en el grupo Ecumena y lo uso mucho para leer literatura. Después aprendí inglés e italiano”.

Cuando planeaban abortarle

Otro momento en que llamó la atención de la población letona (allí sólo el 20% de la población es católica) fue cuando se debatía ampliar el aborto en el país en 2002. Él entonces era un simple sacerdote recién ordenado.

Reveló en un texto titulado “Por qué fui afortunado” que era un superviviente del aborto: presionaron a su madre para que lo abortase.

Las presiones no eran de nadie lejano: era su propia tía, la hermana de ella, médico, la que le decía que abortase por una causa “gravísima”: por tener 40 años. Por suerte, la madre de Stankevics, de fe católica y origen polaco, se negó pese al ambiente abortista generalizado de la era soviética.

El padre Stankevics en 2002 insistió en proclamar la enseñanza católica: “La Iglesia siempre ha mantenido que cualquier aborto intencionalmente provocado es moralmente malo”. Con todo, Letonia aprobó el aborto libre durante las 12 primeras semanas de embarazo, pero debido a cambios de hábitos y económicos y al esfuerzo de organizaciones provida el aborto fue descendiendo en el país: en 1991, con ritmos aún soviéticos, había casi 45.000 abortos (frente a 34.000 nacimientos vivos). En 2011 los abortos eran 7.000 al año.

Del marxismo al karate y el yoga

La misma historia de fe de Stankevics es la de un buscador contracorriente.

En la infancia dejó la fe católica de su madre y asumió las enseñanzas, en apariencia tan científicas y racionales, del marxismo que le enseñaban en la escuela.

En la época soviética nos lavaron el cerebro con ideología y me creí el marxismo”, explica riendo a la revista bielorrusa Cerkov.by. “Esta ideología en los libros quedaba muy bien, como teoría, pero su encarnación en la vida real era terrible. Con el tiempo decidí seguir buscando con ayuda de la ciencia. Me dieron a elegir como campo profesional entre la física nuclear, la cibernética y la inteligencia artificial. Elegí esta última”.

Y plantearse lo que es la inteligencia lleva a plantearse lo que es el alma. Y el hombre.

También lo notaba en la naturaleza: hacía escalada y paseaba por la montaña. Una vez estuvo 21 días viajando a pie por la naturaleza, durmiendo siempre al raso en saco de dormir. Y notaba que había algo más.

Entendió que lo material no es todo, que había un misterio, algo sagrado y trascendente, en la existencia.

“Algunos destellos de este misterio los entreví cuando empecé a hacer karate. Su filosofía me llevó al yoga, y allí descubrí lo que negaba el marxismo: descubrí que hay una dimensión espiritual en la existencia”.

No le interesaba el cristianismo, que apenas conocía y le parecía algo viejo y caduco. Pensó que las religiones orientales marcaban el camino. Y se volcó en el yoga.

Practicaba el yoga muy en serio. Cada día practicaba, sentado en al posición de loto. Pero al cabo de unos años entré en crisis. Entendí que Dios existía, sí, pero que no podía conectarme con Él. El yoga no me ayudaba a lograr este objetivo. Pasaban los años y seguía lejos de conseguirlo. En ese momento me encontré con unos jóvenes cristianos, de distintas denominaciones, que estaban juntos en el grupo Ecumena, primero en Moscú, luego en Riga. Entre ellos me sentí conprendido”.

Todo yogui busca un Maestro, alguien que le enseñe cómo contactar con lo absoluto, con la iluminación. Y el joven Stankevics decidió tomar como maestro a Jesús.

“Sentí que el Maestro que yo en vano buscaba en el yoga y a través del que podía acercarme a Dios era Jesús el Cristo”.

Avisando a las Juventudes Comunistas

Así empezó su acercamiento a la fe cristiana. Durante 10 años fue un joven ingeniero, que leía libros sobre el cristianismo y crecía en la fe.

En cierto momento, como era miembro del Konsomol, las juventudes comunistas, tuvo que tomar partido, o mejor dicho, dejar el partido.

Al principio muchos colegas ingenieros le veían como alguien peculiar, un “creyente”, pero sin presionarle. Finalmente fue al comité del Konsomol y declaró que sus creencias eran contrarias a los estatutos de la organización y que creía en Dios. "Ahí vino el pánico", recuerda.

Le intentaron convencer de que lo que ennoblece al hombre es creer en el partido, no en Dios. Como él no cedía, lo cesaron de la militancia.

“El comunismo se equivoca sobre todo en la comprensión de la persona”, explica años después Stankevics. “El comunismo ve al ser humano como un despiadado producto de la materia. ¿Por qué cayó el socialismo? La economía fue sólo una causa secundaria. En realidad, ¡era el hombre que se ahogaba por falta de aire!”

En 1990, caído el Muro de Berlín e independizados los países bálticos, empezó a estudiar teología en Lublin; fue ordenado sacerdote en 1996, siguió sus estudios en Roma y en 2010 Benedicto XVI le nombraba arzobispo de Riga.

La ideología del placer y el materialismo

La situación actual es también época de retos. “Entonces el ateísmo era teórico, ahora vivimos un materialismo práctico”, lamenta. Condena “la ideología del bienestar, de la carrera por el poder, la riqueza, el placer. Se la han tragado sin pestañear porque no teníamos fundamentos espirituales”, explica, aludiendo a los países postsoviéticos.

Defendiendo el celibato

Stankevics defiende la tradición de la Iglesia Católica del celibato sacerdotal, que es extraña para los letones luteranos (un 25% de la población, con pastores casados) y para los ortodoxos (un 35%, con monjes y obispos célibes pero que ordenan párrocos a hombres casados).

“La lógica del celibato es simple: Jesús no estaba casado, estaba completamente dedicado a la voluntad del Padre Celestial”, explica. “Cuando una persona acepta ese llamado, cuando asume concientement este sacrificio, se hace fértil, eso se convierte en un carisma. Porque por las propias fuerzas naturales no podemos, sólo Dios con su gracia nos hace capaces. El hombre casado sirve, ante todo, a su familia. Al no tener familia, puedes dedicar lo mejor a la parroquia, la diócesis, el pueblo”, asegura el arzobispo.

Que las predicaciones se entiendan

Stankevics señala que un problema común a “la cristiandad” actual es hoy que “el idioma de la predicación debe acercarse a la gente”, que hace falta talento y dar “sermones divulgativos”.

“Si el número de parroquianos no aumenta, el sacerdote debería reflexionar. ¿Por qué es? El pueblo muchas veces no recibe un alimento espiritual adecuado, no se siente arropado, siente frío en el templo, el amor se le enfría”.

Y explica cuál es su prioridad hoy: “Mi objetivo estratégico es el renacimiento espiritual de Letonia, invito a cooperar y considero aliados a todas las personas de buena voluntad”. Eso incluye a los ortodoxos: “no somos competidores sino aliados. Hay tantas personas sin fe que tenemos trabajo suficiente en la salvación de los perdidos”.

religionenlibertad.com (29 octubre 2014)


Enviar comentarios

 

 

Espíritu Santo Iglesia Jesucristo Juan Pablo II Magisterio de la Iglesia Misa Romano Pontífice Virgen aborto abuso adicción adoración afectividad agnosticismo alegría amar amistad amor amor a Dios amor de Dios ansiedad anticoncepción apostolado arrepentimiento atentado ateísmo autenticidad avaricia ayuno bautismo bioética budismo calumnia cancer caridad cariño carácter castidad catequesis catástrofe celibato cielo ciencia ciudadanía clonación coherencia comprensión compromiso comunicación comunismo comunión de los santos comunión sacramental conciencia confesión confianza conocimiento propio consejo contemplación conversión convivencia corredentores corrupción creación creer crisis cruz cuaresma cuidados paliativos cultura curación deber debilidad humana demonio depresión descanso desprendimiento dificultades dignidad dirección espiritual divorcio dolor drogas educación egoísmo ejemplaridad embriones enfermedad entrega esperanza estudios eternidad eucaristía eutanasia evangelio evangelización evolución examen de conciencia existencia de Dios exorcismo expectativas familia fe fecundidad felicidad feminismo formación doctrinal fortaleza fracaso generosidad género hedonismo heroísmo heterosexualidad hijos hinduísmo humildad in vitro infancia injusticia intelectual intolerancia islam judaísmo justicia laicos libertad limosna lucha ascética mal mansedumbre martirio masonería materialismo matrimonio milagro misericordia divina moda moral cristiana muerte música noviazgo obras misericordia odio olvido de sí optimismo oración paciencia paz pecado penitencia perdón pereza persecución pesimismo piedad pobreza política pornografía presencia de Dios protestantismo providencia divina psicología recogimiento redención regreso católico relativismo responsabilidad sabiduría sacerdote sacramentos sagrada escritura santidad secuestro sentido vida serenidad servicio sexualidad sida silencio sinceridad soberbia sociedad civil soledad tecnología temor de Dios templanza teología tolerancia trabajo trinidad tristeza unción de enfermos unidad valentía verdad vida interior vida religiosa vientres de alquiler violación violencia virginidad virtudes vocación voluntad voluntad de Dios xenofobia yoga