Michael Baggot, un joven estadounidense de Texas, es sacerdote desde el pasado el pasado 16 de diciembre, cuando fue ordenado por el cardenal Bertello en la basílica de San Pablo Extramuros, junto a otros 32 jóvenes legionarios de Cristo.
Este nuevo sacerdote tiene 32 años y en sus años de formación ha pasado por Alemania, México y Roma. Su camino hacia la fe dio todavía más vueltas pues vivió en un agnosticismo profundo e incluso dedicó grandes esfuerzos en convencer a un amigo suyo religioso de que todo era mentira. Pero esa supuesta mentira acabó cautivándole a él.
Baggot creció en una familia en la que aunque sus padres eran católicos se habían alejado de la fe por lo que el único contacto con el catolicismo provenía su abuela, que era muy religiosa. Pese a ello, nunca le presionó para que creyera.
De este modo, este niño fue creciendo sin referencias religiosas por lo que acabó teniendo una visión agnóstica del mundo y de todo lo que le rodeaba. “Mi sensibilidad a la belleza de la naturaleza y el arte me llevó a concluir la existencia de un creador. Pero no creía que ese creador tuviera ningún impacto en mi vida”, asegura a The Arlington Catholic Herald.
Este joven que quería ser profesor de Literatura consideraba que las personas religiosas eran buenas pero no inteligentes porque se aferraban a una fantasía. Pero aunque él no quería saber nada de religión, no paraba de toparse con referencias religiosas cuando leía libros.
Entonces Baggot pensó que si quería ser un buen profesor necesitaba conocer más sobre el catolicismo, por lo que empezó a estudiar y a leer sobre él como si fuera mitología. Y así fue como se topó con un libro de intelectuales hablando sobre Dios y que tenía la introducción de Ronald Reagan y del entonces cardenal Ratzinger. Esta lectura empezó ya a trastocarle. Pero lo más importante estaba por llegar.
En Secundaria conoció a un amigo, al que define como muy inteligente. Pero había una cosa que no conseguía entender: era un creyente devoto. “Pensé que si estudiaba la Biblia y encontraba las contradicciones podría salvarlo”, asegura el que ahora es sacerdote.
Así fue como se embarcó en el esfuerzo de rescatar a su amigo de esta mentira. Se leyó el Nuevo Testamento convencido de que desmontaría al gran protagonista, pero no salió para nada como pensaba.
“Al instante quedé impresionado con la persona de Cristo”, explica, reconociendo que al instante quedó cautivado con las enseñanzas de Jesús. Pero todavía no aceptaba ni los milagros que protagonizaba ni sus enseñanzas sobrenaturales.
Necesitaba más información y se dirigió a una librería para ver qué podía encontrar. En ella halló un pequeño libro Mero cristianismo, deCS Lewis, que rápidamente le llamó la atención.
“Disfruté mucho con Narnia, así que sabía que era un excelente escritor, y como era un libro pequeño, pensé que ‘esto no me podría doler’”, confiesa el neosacerdote. Y riéndose asegura que “CS Lewis lo arruinó todo": "Soy una de las muchas víctimas de Lewis”.
Este libro lo ayudó a comprender las verdades más profundas de la fe. Una frase le marcó especialmente y era que “CS Lewis dice que ‘no podemos ver a Cristo como un buen hombre. Él es el Señor o es un lunático o mentiroso”. En ese momento, Baggot ya tenía tal respeto por Jesús que no lo podía considerar ni un mentiroso ni un lunático.
“Me trajo una paz tremenda. Creo que la mayoría de los estudiantes de secundaria se preguntaban si hay vida más allá del fin de semana. Me di cuenta de que sí había. Había mucha más”, agrega.
En ese instante le volvió a la mente la fe de su abuela y decidió dar una oportunidad al catolicismo por lo que buscó en internet páginas católicos que respondieran sus muchas preguntas. “Encontré respuestas claras y concisas que fueron al meollo de los problemas. Me di cuenta de que la Iglesia Católica era la iglesia de la Biblia, la iglesia de la historia. Me di cuenta de que esto era mi hogar”.
Ahí dio el paso. Contactó con un sacerdote y comenzó el Rito de Iniciación Cristiana de Adultos. “En mi último año de Secundaria, mis principales preocupaciones eran prepararme para la Universidad, encontrar una fecha para graduarme y el RICA”. Y fue el 19 de abril de 2003 cuando en la Vigilia de Pascua recibió los sacramentos. Ya era católico.
“Recuerdo que lo viví con mucha emoción, alegría y gratitud. Pero sobre todo, tuve una paz profunda”. Sus padres le acompañaron en este paso tan importante y su abuela, aunque no pudo estar presente, era la mujer más feliz del mundo.
Sin embargo, la llamada al sacerdocio todavía tardaría en llegar. Fue ya en la universidad cuando empezó a surgir. Allí, se juntó con un grupo de jóvenes católicos, lo que para él fue un “regalo del cielo”. Juntos rezaban y realizaban adoración, lo que le marcó profundamente y surgió su vocación sacerdotal, empezando así un camino que de momento ya le ha llevado a la ordenación sacerdotal.
religionenlibertad.com 21 diciembre 2017
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