Se habla de ello, pero prácticamente sólo en la esfera privada. El aborto provocado deja en la mujer que toma esa decisión, en la mayoría de los casos, importantes secuelas psicológicas que suelen durar varios años. Altos niveles de ansiedad, sentimientos de culpabilidad y problemas emocionales hasta cinco años después de la intervención son algunos de los síntomas que experimentan las mujeres que se han sometido a una interrupción voluntaria del embarazo.
El casi unánime silencio de los medios de comunicación y la `afonía' de los defensores de estas prácticas, políticos y administraciones incluidas, ante este hecho incuestionable es un canto al absurdo. Además, el mutismo general incluye, en el caso de la píldora abortiva RU-486, el hecho de que este medicamento ya ha provocado varias víctimas mortales, tal como informó la agencia ZENIT el pasado 10 de diciembre.
Según un estudio de la Universidad de Oslo y del Hospital de Buskerud (Noruega), publicado en la revista BioMed Central Medicine, las mujeres que pasan por la traumática experiencia de un aborto inducido siguen sufriendo altos niveles de malestar psicológico incluso después de cinco años de la intervención, en comparación con aquéllas que tuvieron un aborto espontáneo.
Los científicos sometieron a estudio a 40 mujeres que pasaron por un aborto espontáneo y a 80 que decidieron abortar por voluntad propia. Todas las voluntarias fueron entrevistadas y se les pidió que completaran cuestionarios a los diez días, a los seis meses, a los dos años y a los cinco años después de la interrupción del embarazo. El objetivo final del estudio era evaluar las emociones de las mujeres tras la intervención abortiva y medir sus niveles de estrés, ansiedad y su calidad de vida.
Los resultados que obtuvieron los expertos mostraron que las mujeres que habían tenido un aborto espontáneo sufrieron un malestar psicológico más significativo, hasta pasados seis meses del aborto, que aquéllas que abortaron de forma voluntaria.
Sin embargo, según los científicos, el aborto inducido produjo en las mujeres que tomaron esta decisión un mayor malestar emocional mucho tiempo después, entre dos y cinco años, que las que tuvieron un aborto espontáneo. Los síntomas detectados van desde altos niveles de ansiedad hasta realizar esfuerzos para evitar pensar en la decisión tomada de abortar; pasando por sentimientos de culpabilidad y vergüenza.
Cabe resaltar que, en el caso de España, debido al vacío legal existente en la actual legislación, los abortos provocados por adolescentes, por ejemplo con la píldora del día
después, pueden llegar a realizarse sin el consentimiento de los padres, amparándose en el supuesto concepto de `adolescente maduro'. Precisamente, en Cataluña, el pasado mes de enero, un juez del Contencioso Administrativo número 12 de Barcelona restituyó la responsabilidad a los padres en esta materia al suspender cautelarmente dos artículos del Código Deontológico, aprobado por el Consejo General del Colegio de Médicos de Cataluña, que permitían abortar a menores incluso contra la voluntad de sus padres; un hecho del que ForumLibertas.com se hizo eco en una anterior información.
Por otra parte, existe constancia de que la píldora abortiva RU-486, conocida también por sus nombres más técnicos de Mifeprex o Mifepristone, que se está intentando introducir en Italia y Australia, ha provocado ya algunas víctimas mortales.
Tal como informa ZENIT, el periódico AUSTRALIAN publicó un artículo de opinión el pasado 12 de noviembre de Christopher Pearson, del Hospital for Sick Children, Toronto (Canadá), experto en el tema, en el que denunciaba el fallecimiento de algunas mujeres tras utilizar el medicamento.
Según Pearson, el primer caso del que se tiene conocimiento sucedió en Francia en 1991. Posteriormente, dos muertes acaecidas en Canadá llevaron a funcionarios de la Administración, en septiembre de 2001, a suspender temporalmente los ensayos de este medicamento. Ese mismo año, una mujer de 38 años de Tennesee murió después de ingerir el medicamento. En Suecia, una niña de 6 años falleció tras la administración del RU-486 en un hospital; y en enero de 2004 el Gobierno británico anunció dos muertes que se atribuyeron también a la RU-486.
En Estados Unidos, de hecho, ha habido siete ejemplos casi fatales de graves infecciones bacterianas por el mismo hecho, registrándose otros 72 casos en los que necesitaron transfusiones de sangre. En total, las autoridades han llegado a anotar 676 "informes de sucesos adversos", según asegura en su artículo Pearson.
En los últimos meses han surgido nuevas informaciones de problemas por los efectos de la píldora abortiva. El pasado 18 de julio, la agencia REUTERS informó de que el fabricante del medicamento, Danco Laboratorios, admitió que, desde su introducción en Estados Unidos hace más de cuatro años, cinco mujeres que tomaron la RU-486 murieron a causa de infecciones bacterianas.
Danco declaró que había enviado una carta alertando a los médicos sobre los casos y había hecho colocar información en la etiqueta del medicamento advirtiendo de los posibles efectos. Infecciones graves y, en ocasiones, fatales, es la advertencia a la que hacían referencia.
13/12/2005 ForumLibertas.com
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