Comparados con los agnósticos, los participantes con creencias religiosas mostraron una actividad significativamente menor en el cortex cingulado anterior, una parte del cerebro que ayuda a modificar la conducta avisando cuando la atención y el control son necesarios, habitualmente como resultado de algún evento que produce ansiedad, como por ejemplo cometer un error.
Puede pensarse que esta parte del cerebro actúa como una campana de alarma cortical que suena cuando un individuo se ha equivocado o sufre experiencias inciertas, declaró Inzlicht. Encontramos que la gente religiosa o incluso aquella que simplemente cree en la existencia de Dios muestra una significativamente menor actividad en esta porción cerebral cuando comete errores. Sufren mucha menos ansiedad y sienten menos estrés cuando cometen errores.
Estas correlaciones se mantienen incluso después de tener en cuenta la personalidad y habilidad cognitiva, explicó este experto, cuyo estudio ha sido publicado en la revista Psychological Science. Además también encontró que los participantes creyentes cometían menos errores en el test cognitivo que sus compañeros agnósticos.
Estos hallazgos muestran que la fe religiosa ejerce un efecto tranquilizador en los devotos, que les hace menos predispuestos a sentir ansiedad cuando cometen errores o hacen frente a los desconocido. No obstante, este experto advierte que sentir ansiedad tiene también su parte positiva, en el sentido que nos alerta cuando cometemos errores para no volver a reproducirlos.
Religión en libertad. Publicado el 6 Marzo 2009
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