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Sobre noviazgo en Amoris Laetitia
Año Santo de la Misericordia
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El Papa Francisco plantea a los jóvenes cómo profundizar en su relación y descubrir el valor del matrimonio en la exhortación Amoris Laetitia. Algunos consejos para que vivan plenamente su noviazgo:
El Santo Padre se lamenta de que muchos llegan al matrimonio sin conocerse: “Sólo se han distraído juntos, han hecho experiencias juntos, pero no han enfrentado el desafío de mostrarse a sí mismos y de aprender quién es en realidad el otro”.
La necesidad de descubrir posibles incompatibilidades en la pareja para no exponerse a un fracaso previsible. Para ello serán necesarias conversaciones en las que “se hable de lo que cada uno espera de un eventual matrimonio, de su modo de entender el amor y el compromiso, de lo que se desea del otro, del tipo de vida en común que se quisiera proyectar”.
El deslumbramiento inicial lleva a tratar de ocultar o de relativizar muchas cosas, se evita discrepar, y así sólo se arrastran las dificultades que aparecerán de nuevo en el futuro. No creer que la mera atracción mutua será suficiente para sostener la unión ya que nada es “más volátil, precario e imprevisible que el deseo”.
“No hay que engañar a los jóvenes llevándoles a confundir los planos: la atracción crea, por un momento, la ilusión de la “unión”, pero, sin amor, tal unión deja a los desconocidos tan separados como antes”, sostiene el Papa. Es necesario educar los propios deseos para entregarse de verdad. “Cuando se pretende entregar todo de golpe es posible que no se entregue nada”.
La preparación próxima al matrimonio tiende a concentrarse en innumerables detalles que consumen tanto el presupuesto como las energías y la alegría. El Papa aconseja: “Queridos novios: «Tened la valentía de ser diferentes, no os dejéis devorar por la sociedad del consumo y de la apariencia. Lo que importa es el amor que os une, fortalecido y santificado por la gracia. Vosotros sois capaces de optar por un festejo austero y sencillo, para colocar el amor por encima de todo».”
El Papa indica que “no sería bueno que se llegue al matrimonio sin haber orado juntos” y sin preguntar juntos a Dios qué es lo que él espera de ellos, e incluso consagrando su amor ante una imagen de María.
Es necesario educar para el amor y para la donación mutua: la castidad resulta condición preciosa para el crecimiento genuino del amor. Es una irresponsabilidad de invitar a los jóvenes “a que jueguen con sus cuerpos y deseos, como si tuvieran la madurez, los valores, el compromiso mutuo y los objetivos propios del matrimonio”. Así se les conduce a “utilizar a otra persona como objeto de búsquedas compensatorias de carencias o de grandes límites”.
El Papa Francisco señala en su exhortación que suelen ser muy útiles los grupos de novios y las charlas opcionales sobre temas de interés para los jóvenes. En estos grupos, los novios debería tener acceso a momentos personalizados, para aprender a amar a la persona concreta con la que se pretende compartir toda la vida.
El Papa aconseja que se indiquen a los novios lugares y personas para acudir en busca de ayuda cuando surjan dificultades. Asimismo, recuerda la importancia del sacramento de la Reconciliación que permite colocar los pecados y los errores de la vida pasada.
En la preparación al matrimonio es importante que los novios entiendan el verdadero significado de la celebración litúrgica y de cada gesto que se da en ella. “A veces, los novios no perciben el peso teológico y espiritual del consentimiento”. Hay que ayudar a entender bien la expresión: «Hasta que la muerte los separe».
“Probablemente quienes llegan mejor preparados al casamiento son quienes han aprendido de sus propios padres lo que es un matrimonio cristiano”. La familia cristiana es donde los novios pueden aprender la elección sin condiciones y la renovación de la decisión primera.
El Papa pide a los católicos que no desperdicien ninguna oportunidad para mostrar la belleza del matrimonio cristiano e invita a aprovechar ocasiones como el día de San Valentín, “que en algunos países es mejor aprovechado por los comerciantes que por la creatividad de los pastores”.
Lola González
17 abril, 2016
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