Ver en PDF (A5) Descargar PDF (A4) Descargar EPUB
Colección +breve
Más títulos en masclaro.org/+breve
El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla (www.enticonfio.org), predicó (20.III.2018) en un encuentro con sacerdotes jóvenes, acerca de las frases comunes que desaniman y "mundanizan" al cristiano, instalándolo en la mediocridad.
Munilla las llama "muletillas de la mediocridad", y las contrapone con "palabras de santidad" o "palabras de vida eterna", enseñanzas de la Biblia y el pensamiento cristiano que ayudan a superar esas muletillas.
Nosotros pensamos, equivocadamente, que la batalla espiritual tienen lugar solo en el campo de la voluntad... cuando antes tiene lugar en la mente. Hay que contraponer a cada una de ellas una palabra de esperanza y de santidad".
"Si no es malo, ¿por qué no hacerlo?" No basta con evitar las cosas malas o incluso ser buena persona, sino buscar la voluntad de Dios. Podemos responder con "Señor, ¿qué quieres de mí?"
Es compararse para justificarse. De manera interesada no ponemos como referencia lo que Dios espera, sino a "la mayoría". Dime con quién te comparas y te diré a qué aspiras. Cada uno tiene que responder de los talentos recibidos. Yo respondería con un "gracias por tus santos". La referencia nuestra son los santos. La Iglesia propone a esos santos.
Si mayoritariamente está asumida tal cosa, "no será tan mala", se dice. Pero Gandhi enseñaba que "en materia de conciencia, la ley de la mayoría no cuenta". Frente al "lo hacen todos", podemos contraponer lo que decía Jesús: "¿también vosotros queréis marcharos?" Y le respondían: "sólo tú tienes palabras de vida eterna".
Es el recurso a una falsa prudencia. "En el medio está la virtud": la frase es de Santo Tomás pero "pocas frases han sido tan mal usadas". El que apunta a la santidad, llega a donde puede, pero el que apunta al aprobado justo, "ya te digo yo donde llega". La propuesta de Jesús más bien es: "sed perfectos". "En sí mismo es imposible, pero es lo que dice Jesús".
Consiste en dar largas y posponer las respuestas y decisiones. Lope de Vega dijo en su poesía: "cuánto fueron mis entrañas duras, pues no te abrí; mañana le abriremos, decía". El enemigo nos cuela ese mañana. Pero podemos responder: "si escuchas hoy la voz del Señor".
"Creo que San Josemaría hablaba de la mística de la 'ojalatería'... Si la cosa fuera distinta, si estuviéramos en otro entorno...Eso son evasiones". La alternativa cristiana sería el "hágase tu voluntad", también en la realidad actual.
No debe importarnos que algo sea nuevo o viejo, progre o carca. Lo que debe importarnos es que sea bueno y verdadero, y no malo y falso. Lo novedoso, por sí mismo, no es necesariamente bueno. "Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre", es la alternativa.
El que tiene miedo a hacer de "primo", corre el riesgo de no ser hermano. Es mejor ser herido que renunciar al amor. "Es que si voy otra vez, corro riesgo de que me zurren". Quien renuncia a amar por no sufrir, terminará sufriendo por no amar. La palabra de vida dice: "hazlo setenta veces siete". Comenzar de cero, dar nuevas oportunidades.
"Cuánto tiempo dediqué y no me lo han agradecido", es la queja. Pero los cristianos buscamos la santidad, no la orla de la santidad. "Yo te veo", dice Dios. ¿Quién es mi público? Dios es el mejor público. La palabra de vida dice: "Dios, que ve en lo escondido, te lo pagará".
Es propio de una cultura de la frivolidad, irreflexiva. 'Déjate llevar por las emociones'. Algunos confunden no tener tabúes con no tener principios. Es una invitación a vivir con superficialidad, negando la capacidad de discernimiento. Frente a esa muletilla de la mediocridad podemos responder: "Lámpara es tu Palabra, Señor, para mis pasos".
Es verdad que nuestra capacidad humana es limitada, pero muchas veces cuando decimos "no puedo" queremos decir "no quiero". El diablo hace todo lo posible para hacernos confundir el "no puedo" y el "no quiero". Podemos responder con la frase bíblica: "Todo lo puedo en Aquél que me conforta".
Al menos es más sincero. Pero es un drama vivir atrapado en el "no me apetece". La apetencia esclaviza al hombre. El inmaduro solo tiene deseos y apetencias. Pero Jesús enseña: "Quien quiera seguirme, niéguese a sí mismo". Es necesario para vivir la libertad de los hijos de Dios.
Es la batalla de la perseverancia. El Papa Francisco asocia santidad y paciencia. Vence el que persevera. Cuando se pierde la alegría es una mala señal, es que va a haber tentación contra la perseverancia. Podemos responder: "En tu Nombre echaré la redes". Aunque salgan vacías, no me pienso cansar.
Podría ser la muletilla más dañina. Es autodesprecio. Es la tentación que más nos puede minar. Es un acto de ateísmo, es desgajarte de Dios, no reconocer que Dios te sostiene. Dios no hace basura, Dios no se equivoca conmigo. Él siempre nos asiste. Ojo con esa falsa humildad. C.S.Lewis decía: "ser humilde no es pensar menos de ti, sino pensar menos en ti". Tú no estás solo, Jesús está contigo.
Lo más reciente