En España, un matrimonio se rompe cada cinco minutos y la realidad en el resto de países de Occidente no es mucho mejor. El divorcio está acabando con la familia y las leyes como la del divorcio exprés lo fomentan pues faltan políticas que intenten reconstruir los matrimonios.
Para eso nació la Fundación Libres para Amar, que nació en 2007 en Miami (EEUU) con el fin de fortalecer los matrimonios frente a estas altas cifras de rupturas. Ahora más de 700 mentores están dispersos por el mundo ayudando a matrimonios en dificultad. En España están Silvia Martín y Franco Moliné, que con la experiencia de las dificultades en su matrimonio, ahora ayudan a fortalecer las relaciones conyugales. En esto años han ayudado a cientos de personas, con una tasa de éxito.
Actuall ha entrevistado a este matrimonio, que analiza las causas que han llevado a esta situación y explica cómo funcionan sus terapias:
-¿En qué consiste su terapia?
- Llevamos a cabo varias herramientas, pero lo más importante son dos seminarios. Uno que enseña a las parejas durante diez semanas en grupos reducidos a comunicarse, a tratar el orgullo y el perdón, a hablar de las finanzas, etc. Y, luego, tenemos un taller de padres en el que se trabaja diversos temas desde cómo tratar a los hijos hasta la manera de asimilar los conflictos.
- ¿Son las relaciones cada vez más complicadas? ¿Por qué?
- Así es. Las estadísticas hablan por sí solas y actualmente, España es el tercer país de Europa con más divorcios con un 69%. A la cabeza se sitúa Bélgica y, después, Francia. Incluso España está por encima de Estados Unidos. Además, las familias que se están divorciando son parejas que llevan casadas al menos 15 años, es decir, son matrimonios que ya han tenido hijos y esa ruptura ocasiona mucho daño.
- ¿A qué atribuye el elevado número de ruptura? Es como una epidemia...
- Por la experiencia que tenemos en parejas estamos viendo que en la mayoría de los casos las rupturas se deben a la ignorancia. Se han perdido los valores y se ha perdido lo que verdaderamente es el matrimonio. Hoy en día muchas parejas llegan al matrimonio pensando en el divorcio haciendo por ejemplo separación de bienes por si acaso o preparando cláusulas de divorcio. Y esto sucede porque hay una ignorancia de lo que es la familia. Y la familia es el proyecto más grande que un ser humano va a realizar en su vida, incluso por encima de sus éxitos y sus proyectos laborales. También hay mucha falta de tolerancia.
- Hace 40 años la gente no se separaba (salvo excepciones) ¿aguantaban mejor? ¿se entendían mejor? ¿eran masoquistas?
- Si tomamos como ejemplo a nuestros abuelos, nos damos cuenta que son matrimonios que han durado hasta que la muerte los ha separado. Lo que ha cambiado de esa perspectiva a la actualidad es la pérdida de valores. La gente no sabe lo que es luchar ni perdonar. Cada vez la gente es más dura de corazón y hay mucho egoísmo. Con esta pérdida de valores, el divorcio se ha ido normalizando.
- ¿Por qué cree que un hogar no se construye sobre la marcha?
- Nunca se debe construir un matrimonio sobre la marcha, porque llegamos con la idea de lo que se hacía en nuestra casa. Tenemos que estar preparados y saber que casados vamos a tener que afrontar muchos problemas. Hay que prepararse porque el matrimonio es precioso y se puede hacer feliz. De hecho, te tienes que casar no para ser feliz, sino para hacer feliz a la otra persona. Y esto es lo que hay que cambiar en la cabeza a las personas.
- Entonces, ¿qué pasos se deben dar para construirlo?
- Cuando somos novios no vemos las cosas, porque el enamoramiento nos lleva incluso a la idiotez. El problema es que el enamoramiento dura dos años y después viene el amor verdadero. Por eso es importante que durante el noviazgo, las parejas pasen por un filtrado. Una vez que se vea que sí hay compromiso y compenetración, entonces nosotros recomendamos que hagan el seminario prematrimonial donde se les da las bases del matrimonio a la manera de Dios. En él, por ejemplo se habla de cómo se va a manejar el dinero, de cómo se va a educar a los niños, etc.
- ¿Y para conseguir que un matrimonio perdure?
- Hace falta mucho amor, tolerancia y respeto. Tenemos que convertirnos en expertos perdonadores. Es casi como tener el doctorado en el perdón, porque durante los años podemos ofender y herir.
- Muchas parejas recurren a tener hijos para intentar salvar su matrimonio, ¿por qué cree que no es buena solución?
- Porque al final liamos más el problema. Es, además, puro egoísmo. Los hijos son una responsabilidad y se pierde tiempo para la pareja. Al principio un hijo puede ser bueno, pero los problemas si no se han solucionado, siempre vuelven. No podemos meter la basura debajo de la alfombra, pensando que como no la vemos, no está.
- ¿Cree que nunca se debe recurrir al divorcio?
- El divorcio no se debería pensar como una solución, porque no lo es. El divorcio destruye la parte emocional, la familiar, la estabilidad de tus hijos.
- Desde sus inicios, ¿a cuántas parejas han ayudado?
- A nivel mundial, han pasado 15.000 personas por nuestros seminarios. En nuestro caso que llevamos cinco años en España, hemos podido ayudar a unas 240 parejas y el porcentaje de éxito está en el 85%.
- De todos esos casos, ¿cuál ha sido el que más le ha impresionado?
- Si, hemos tenido sobre todo un caso en el que decíamos o lo arregla Dios o no lo arregla nadie. Era una pareja en la que él era adicto al alcohol y cuando venían muchas veces llegaba bebido y era muy difícil tratar con él. Decidimos en lugar de estar diez semanas con ellos, estar seis meses en reuniones de tú a tú. Y hoy en día esa pareja sigue unida, él dejó el alcohol y son muy felices.
- Existe la famosa media naranja, ¿cómo hacer una elección acertada?
- Nosotros en ‘Libres para Amar’ tenemos otra versión. Decimos que en realidad las parejas son dos naranjas individuales, pero cuando esas personas se casan, se hace un vaso de zumo. Y en eso consiste en el matrimonio: hacer zumo con dos naranjas.
- ¿El amor es ciego o no tanto?
- El amor de novios sí, pero en el matrimonio no. Por eso, es tan importante prepararse antes del matrimonio para no llevarse un susto y preguntarse con quién me he casado yo o pensar esto no me gusta.
-Una de las claves del fracaso es el noviazgo ¿no tiene la sensación de que las parejas se limitan a divertirse juntos en lugar de conocerse mejor y profundizar en la relación?
- Hoy en día los novios tienen más prisa por tener sexo, por irse a vivir juntos y por viajar en lugar de conocerse. Nosotros pensamos que en la etapa de novios, se tiene que pasar el 90% hablándose y no tocándose ni besándose para conocer verdaderamente a la persona.
- ¿Las relaciones prematrimoniales son buenas o contraproducentes?
- Los números y las estadísticas dicen que las relaciones prematrimoniales llegan al matrimonio tienen menos éxito. La relación prematrimonial, de hecho, no te ayuda a conocer más, sino que te pone a llevar una vida casi matrimonial, pero no hay responsabilidades conjuntas. Además, pensamos que el sexo debía ser lo último.
- ¿Qué divide más… las famosas suegras o el dinero? (Al decir suegras quiero decir la injerencia de los padres en el matrimonio)
- Una mala relación en el ámbito familiar es mucho más difícil, porque los seres humanos somos seres de relaciones. El dinero no crea tantos problemas.
- ¿Qué pasa cuando uno se entrega a tope y el otro no, o se queda a medias? ¿Qué debe hacer el primero: reñirle, seguir entregándose, dar marcha atrás?
- Eso está mal. El verdadero amor es una amor transparente, sincero en el que doy todo de mí y en el que no busco el bien propio. Entonces, si lo empiezo con pie atrás, eso no es amor verdadero. Y realmente, en esa relación hay problemas.
- ¿Se debe perdonar una infidelidad o eso genera una grieta en la relación que no hay quien la cierre?
- Siempre, pero la infidelidad necesita consejería, porque no se llega a ella si las cosas están bien en casa. Las infidelidades vienen de una situación que no se trató y que se fue haciendo grande hasta que la indiferencia entró en el matrimonio. Entonces desde el momento que la indiferencia entra el matrimonio, dejó de respetar a mi cónyuge y empiezo a buscar fuera. Si la persona está arrepentida, se debe perdonar.
- Última pregunta, en este caso personal, ¿ustedes que se dedican a reconstruir parejas nunca han querido tirar la toalla, siempre les ha ido fenomenal?
- ¡¡Qué simpática esta pregunta (se ríen)!!. Prácticamente todo el mundo que trabaja en ‘Libres para Amar’ a nivel internacional son parejas restauradas. Todos hemos tenido en nuestra historia algún momento en el que hemos querido tirar la toalla. De hecho, nosotros en el año 2000 nos separamos después de diez años de matrimonio en el que ya no aguantábamos más. No nos llegamos a separar legalmente, pero si estuvimos lejos el uno del otro. Y dos años después, decidimos luchar por nuestro matrimonio.
religionenlibertad.com 1 junio 2017
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